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Igualdad de Género y ODS: Legado de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer

La Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1975 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 comparten un compromiso común con la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y el desarrollo sostenible.

Hace casi cinco décadas, en 1975, la Ciudad de México fue escenario de un evento histórico que marcó el comienzo de un nuevo capítulo en la lucha por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. La Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer se llevó a cabo coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, y su legado perdura hasta nuestros días.

Este evento fue un llamado a la conciencia global sobre la persistente discriminación de género que prevalecía en muchas partes del mundo. Fue un punto de encuentro para miles de participantes de diversos países, incluyendo delegadas gubernamentales, líderes de movimientos feministas, académicas y defensoras de los derechos de las mujeres. Esta diversidad de voces y perspectivas reflejó la amplitud y profundidad de las preocupaciones de género en todo el mundo.

La Conferencia identificó tres objetivos fundamentales en relación con la igualdad, la paz y el desarrollo para el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (1976-1985):

Plena igualdad de género y eliminación de la discriminación de género: Este objetivo sentó las bases para la igualdad de oportunidades y derechos para mujeres y niñas, un compromiso compartido con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5 de la Agenda 2030.

La integración y participación plena de la mujer en el desarrollo: Se abogó por la participación activa de las mujeres en todos los aspectos del desarrollo, reconociendo su papel crucial en la economía y la sociedad, lo cual guarda relación con varios ODS, incluyendo el ODS 5.

Una mayor contribución de las mujeres al fortalecimiento de la paz mundial: La conferencia subrayó la importancia de la contribución de las mujeres a la paz global, reconociendo que su participación era esencial para construir un mundo más pacífico y justo. Este punto se conecta con el ODS 16, que busca promover sociedades pacíficas y justas.

Además de su impacto en la conciencia global, la conferencia llevó a la creación de importantes entidades y organismos, como el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW) y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), que más tarde se fusionaron para formar ONU Mujeres. Esto destaca la relación con el ODS 17, que aboga por alianzas globales para alcanzar los ODS.

En este contexto, es notable destacar que las mujeres desempeñaron un papel esencial en esta conferencia. De las 133 delegaciones de los Estados Miembros, 113 estaban encabezadas por mujeres. Además, las mujeres organizaron la Tribuna del Año Internacional de la Mujer y un foro paralelo de organizaciones no gubernamentales, lo que marcó la apertura de las Naciones Unidas a las voces de las mujeres en la toma de decisiones.

Un Legado de Empoderamiento

La conferencia aprobó el Plan de Acción Mundial para la consecución de los objetivos del Año Internacional de la Mujer, proporcionando directrices para la acción nacional durante el período decenal de 1975 a 1985, como parte de un esfuerzo sostenido a largo plazo para lograr los objetivos del Año Internacional de la Mujer. Estas recomendaciones se dirigieron a gobiernos, instituciones públicas y privadas, organizaciones de mujeres, empleadores, sindicatos, medios de comunicación, ONG, partidos políticos y otros grupos.

La Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1975 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 comparten un compromiso común con la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y el desarrollo sostenible. La conferencia proporcionó una base importante para futuros esfuerzos en esta dirección y estableció una visión que sigue siendo relevante en la actualidad a medida que trabajamos para alcanzar los ODS y promover un mundo más justo y equitativo para todas las personas, sin importar su género. Debemos sentirnos orgullosos de que esta conferencia pionera tuviera lugar en México, un recordatorio del compromiso del país con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

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