Ciudad Juárez, Chihuahua.- Cambiar un entorno implica una suma de esfuerzos y una estrategia que puedan garantizar que todo se haga de forma eficiente y manejable para las y los implicados. Aunque las agendas globales (como la Agenda 2030) son un punto de partida importante, hay que asegurarse de que se adapten a las condiciones de las ciudades o regiones en las que se pretende llevarlas a cabo.
“Si bien la agenda es a nivel global, la implementación debe ser a nivel local. Se parte de que el desarrollo viene desde lo local. El hecho de que Juárez cuente con una contextualización, una localización y una definición propia de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) es fundamental para ligarlo a la labor de las organizaciones civiles, empresarial y de los gobiernos”, explicó Fiódor Rodríguez Mancebo, especialista en formación para la localización de la Agenda 2030 del PNUD.
Por ejemplo, uno de los aportes más importantes de las organizaciones civiles es la diversidad de perspectivas. Al estar profundamente conectadas con las necesidades locales, estas organizaciones permiten que las iniciativas de desarrollo respondan a las particularidades de cada comunidad.
Además, las organizaciones civiles tienen una función crucial en el monitoreo y la rendición de cuentas. Actúan como un contrapeso, vigilando los compromisos asumidos por gobiernos y empresas, y promoviendo la transparencia en la ejecución de los ODS.
Otro aspecto fundamental es que estas organizaciones promueven la participación ciudadana. Involucran a la sociedad en temas como la reducción de la pobreza, la lucha contra la desigualdad y la protección del medioambiente. Esto refuerza la apropiación comunitaria de los ODS y garantiza que las personas sean protagonistas en su propio desarrollo.
OSC y Agenda 2030, una fuente de innovación social
Por otro lado, las organizaciones civiles son una fuente de innovación social, desarrollando enfoques creativos y sostenibles para abordar problemas sociales y ambientales. Al integrarse en la Agenda 2030, pueden escalar estos modelos y replicar su éxito a nivel global.
La capacidad de las organizaciones para fortalecer comunidades también es esencial. Gracias a su conocimiento y experiencia en el terreno, pueden educar y capacitar a otros sectores en la aplicación de los ODS, promoviendo un desarrollo más equitativo y sostenible.
Finalmente, la Agenda 2030 se basa en la creación de alianzas estratégicas, y las organizaciones civiles son catalizadoras de estas colaboraciones. En el caso local, organizaciones como Fechac, Ficosec y Plan Estratégico buscan construir redes con gobiernos, empresas, universidades y otros actores para multiplicar el impacto de sus acciones y asegurar que cumplir con los ODS sea más sólido y efectivo.
En resumen, las organizaciones civiles no solo son actores clave en la implementación de la Agenda 2030, sino que su participación es esencial para que las metas globales se logren de manera inclusiva y sostenible, abordando tanto los desafíos globales como los locales.