La transformación y apertura de la cooperación internacional y el creciente interés de las empresas hacia los problemas sociales y ambientales configuran un momento propicio para llevar a cabo iniciativas conjuntas entre el Estado, el Sector Privado y las Organizaciones No Gubernamentales.
Se requiere un nuevo modelo de estructura territorial y política, que se adapte a las necesidades de la sociedad. La suficiencia presupuestal que genera la recaudación para la administración pública municipal debe atender servicios y obra públicos que beneficien a la población y que estén incluidos como parte del desarrollo sostenible de la ciudad, en un proyecto conjunto de ciudad y no como obras aisladas del resto.
Las alianzas entre los tres frentes mencionados deben construirse con base en principios, valores y una visión y metas compartidas que prioricen al planeta y a la población.
Las inversiones a largo plazo son necesarias en un modelo de planeación de largo plazo, en la búsqueda de la sostenibilidad, la accesibilidad universal, inclusión y respeto a los derechos humanos.
No basta solo con hacer alianzas, sino que hay que buscarlas con las instituciones –privadas, públicas y ONG– que representen un verdadero compromiso social por el desarrollo saludable de las comunidades en que trabajan.